2007/02/12

Trascender nuestra tribu

En una entrevista a Lluís Magriñà, director del Servicio Jesuita a Refugiados en La Contra de La Vanguardia:

No hay libertad sin educación. Ser libre es trascender tu tribu. Por eso la democracia real hoy sólo es factible en los paises en los países donde se generaliza la ensenanza secundaria.
Lluís Amiguet, el entrevistador, escribe:
Magriñà nos trae de África algunas lecciones para nuestra democracia moderna y europea, empezando por que sólo somos libres si somos capaces de trascender nuestra tribu, nuestro clan y nuestro partido para elegir al más capaz de cualquier tribu, partido o clan, aunque no sea el nuestro, y dejar que sea él quien nos represente y gestione nuestro intereses.
La idea de Magriñà sobre la importancia de trascender la tribu me hace rebuscar unas notas de hace unas semanas sobre una entrevista en La Vanguardia a Arjun Appadurai (de pago), en la que hablaba de identidad cultural, globalización y conflicto. Algunos extractos:
Los estados nación están perdiendo capacidad, control sobre su economía, y hay una tendencia a enfatizar la esencia cultural. Incluso en la UE, la gente se pregunta que sucederá, por ejemplo, con la identidad italiana. Esta preocupación puede convertirse en patológica, extrema. Cuando esto sucede hay una búsqueda de un chivo expiatorio al que atacar. Pueden ser emigrantes o minorías internas.
(...)
Una minoría que se enfada es un objeto perfecto para el enfado de la mayoría. La frontera hacia el genocidio se da cuando las dos cosas se encuentran: una mayoría enfadada y una minoría enfadada. (...) En las banlieues parisinas, la mayoría todavía no está enfadada. O, al revés, en la India la mayoría está enfadada con Pakistán, pero los musulmanes indios, que son 120 millones entre más de 1.000, tratan de buscar la paz. Lo que sucedió en Yugoslavia o Ruanda tenía que ver con el enfado de minoría y mayorías.
(...)
La creación de la identidad francesa supuso empujar a otras como la bretona, que era muy fuerte. De ese modo, si no eres de la identidad mayoritaria, eres separatista, peligroso, antipatriótico. (...) Hoy, para ser independientes sólo pueden hacer una cosa: crear un Estado. En el cual volverán a chocar las pequeñas identidades. Para la identidad grande, el nacionalismo será una liberación, y, para las pequeñas, represión.
(...)
Cuando el contacto se hace más intenso, paradójicamente funciona lo que Freud llamaba el narcisismo de las pequeñas diferencias: aunque la gente sea casi igual, pequeñas diferencias se convierten en muy importantes.
(...)
La gente necesita identidades locales porque no vamos a ser sólo ciudadanos del mundo, pero hemos de crear constituciones sin el toque de etnia local. (...), pensar en nuestras identidades locales como en las de una asociación voluntaria, como si perteneciéramos a un club de fútbol, donde no importa de dónde vienes, sólo lo que quieres o te gusta. O como en los clásicos principios del Estado nación acentuar el aspecto geográfico, que es el más sano frente al racial o lingüístico.
Me resulta divertido que mencione clubs de fútbol y mayorías y minorías enfadadas. Toda mi vida he pensado que los patriotas son a menudo gente enfadada que parece levantarse por la mañana esperando descubrir la última afrenta que ha sufrido su patria. Y también llevo muchos años sorprendido de que el sentimiento patriótico no esté en el ámbito de lo privado, junto a la religión, tu equipo de fútbol o tus preferencias sexuales y de color de calcetines; en cambio, muchas veces este sentimiento es una parte central de la vida política.

La entrevista me ha dado muchas ganas de leer La Modernidad Desbordada (creo que la edición en español es inecontrable; Modernity at Large en amazon.co.uk) y Fear of Small Numbers: An Essay on the Geography of Anger. Y quizás también de regalárselos a algunos patriotas de distinto pelaje y patria que conozco.

Bonus link vagamente relacionado: Changes, animación estupenda (2 min 30 sec, youtube) sobre la identidad y la uniformidad. Via César Viteri en Multimaníaco, con comentarios interesantes sobre la gestión del cambio organizativo; a su vez, via Vida de un Consultor; a su vez, via...)

1 comentario:

Fabián dijo...

"También llevo muchos años sorprendido de que el sentimiento patriótico no esté en el ámbito de lo privado, junto a la religión, tu equipo de fútbol o tus preferencias sexuales y de color de calcetines".

Nunca lo había visto así, pero creo que tienes toda la razón.