2008/12/03

Macacos

Ayer envié esto, en relación a mi actuación como enlace con el equipo de soporte de un producto del que no sé casi nada, en la que últimamente me limito a esperar órdenes de gente que está en una zona horaria equivocada:

Entiendo que el problema está en un punto en el que yo aporto poco más que un macaco al teclado
Si hay suerte, hoy le pasaré los trastos a un chimpancé y podré dedicarme a cosas más interesantes. Deberé enseñarle a Pobre Chimpancé algunas cosas que he aprendido cuando he sido yo el que daba soporte:
  • que hay que ser paciente y no irritarse cuando te preguntan por séptima vez la misma cosa: no es nada personal.
  • que entre lo que digan los logs y lo que digas tú, soporte no dudará en creer lo que dicen los logs. Y te preguntarán una octava vez.
¡Oh, queridos ex-clientes! ¡Estos días he comprendido a qué torturas os he sometido durante tantos años!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Consuélate sabiendo que tus ex-clientes estaban convencidos de que su soporte era un mandril entrenado para coger el teléfono.

-Xv dijo...

No, Juanete, no: nuestros clientes siempre eran muy amables con nosostros, y hoy he comprendido por qué. Comparado con los torturadores que hay por ahí, ¡eramos unos santos!

Durante una conversación telefónica con un montón de gente, una persona me ha pedido que confirmase TRES veces lo que yo ya había dicho en una nota que previamente había enviado y que la directora de la reunión leía en voz alta. Esta misma persona me acaba de pedir de nuevo, por escrito, que le confirme lo mismo otra vez.

Le he dicho a Pobre Chimpancé que podía irse a casa. Para mañana espero que se unan al equipo Terco Loro, Fiable Notario y Taza Tila.

Anónimo dijo...

En lugar de ampliar tu equipo recomiéndales que fichen a Toro Decisiones y a Osezno Confianza

-Xv dijo...

Juanete, ¡cuánta razón! ¡Cómo he echado de menos a Toro Decisiones!

Finalmente el problema se resolvió, gracias a los consejos de Terco Loro y a que, a diferencia de Pobre Chimpancé, no me asusta leer ensamblador.

Muchas notas de felicitación de muchos jefes, que me encargué de estropear con una respuesta estilo si-somos-tontos-conviene-que-nos-conste. Otra más.