2007/04/28

La felicidad y la bola de cristal

A toda prisa a la librería de la esquina [1] a comprarme Tropezar con la felicidad, de Daniel Gilbert, después de haber escuchado su divertida y sorprendente conferencia en TED Talks.

La idea básica de la conferencia es que somos muy malos en nuestras predicciones sobre lo que nos hará felices o no. Al parecer, tenemos las mismas posibilidades de ser felices tanto consiguiendo lo que deseamos como no consiguiéndolo.

Está llena de datos sorprendentes, como que, un año después de acontecimientos tan distintos como quedar parapléjico o ganar la loteria, las personas de los dos grupos muestran el mismo nivel de felicidad. O que mayores posibilidades de elección van en detrimento de nuestra felicidad (más sobre esto en la también sorprendente conferencia de Barry Schwartz The paradox of choice).



[1] Mi librero no tiene el libro, así que lo encargo y me llevo uno de José Antonio Marina. JAM siempre me gusta. La magia de escribir, escrito con María de la Válgoma.

Curioso: ¿por qué me da esta pájara de comprarme libros sobre escritura (Bird by Bird, The War Of Art, La magia de escribir)?!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Olvídate de predictores multimediáticos. Hace escasamente 3 días descubrí las 8 Claves de la Felicidad, que según me cuentan, está causando furor. No conozco al autor pero... léelo y luego me cuentas. Es muy corto. OSMAR

-Xv dijo...

Osmar, admito que un tipo que escribe "a toda prisa a la librería de la esquina a comprarme Tropezar con la felicidad" da la impresión de ser alguien que busca recetas rápidas sobre el asunto, así que te agradezco el link lleno de consejos razonables y sentido común. Afortunadamente, me apaño bastante bien (aunque tengo sana envida de la gente organizada que sabe estructurar su día a día en reglas, recetas y patrones).

Suscribo especialmente la regla de Albert de "haz deporte", aunque no haga falta "sudar com un cerdo" o "hacer sufrir a tu cuerpo" (cosas que también me resultan agradables). Cualquier actividad física moderada tiene un efecto sorprendente en el nivel de energía que tengo para el resto del día; paradójicamente, estoy mucho más cansado si voy a trabajar en autobús que si lo hago andando o en bicicleta.